domingo, 25 de junio de 2006

Estoy hasta la polla de los niñatos.


Hasta la polla de los niñatos "botelloneros" que pululan por mi barrio.
Hijos de puta, no dejan en pié nada.
Anoche había unos 30 (todos menores) poniéndose hasta las trancas de cerveza, vino y canutos.
Hoy, cuando he bajado al perro, estaba todo como un estercolero, repleto de botellas rotas, mobiliario urbano en el rio, mesas, bancos y hasta unas vallas que ha instalado el ayuntamiento para separar el cauce del rio del camino que lo circunda.
Si estuviera en condiciones, es un lugar fantástico con una arboleda para pasear al fresco, pero éstos hijos de puta, no respetan nada.
Estoy hasta la polla.
Claro que pensándolo mejor, los cerdos se sienten mejor entre la mierda.
¿Ésa es vuestra manera de divertiros?
Me dan ganas de ponerme a dar hostias y quedarme solo, pero como son menores, a joderse, no les puedes decir nada, porque utilizan su edad como arma arrojadiza.
Si sus inconscientes padres pagaran de su bolsillo los desperfectos QUE NOS CUESTAN DINERO A TODOS, otro gallo nos cantaría.
Pero claro, sus padres mientras tanto, están metidos en el bar de la piscina poniéndose tan ciegos como sus hijos. Lo que ven es lo que aprenden, claro está.
De vergüenza.
Hace poco, a las 11 de la noche, en la puerta de la puta piscina vi un revoltijo de chavales que no pasaban de 14 años ninguno, arremolinados alrededor de uno (de unos 11 años) con una borrachera considerable. La puta piscina, abre durante las noches de los sabados una supuesta "discoteca light". Dentro, es cierto que no se sirven bebidas alcoholicas, pero a escasos 50 metros hay una gasolinera a la que va el mayor de ellos, compra la bebida, y por la valla se la pasa a los que están dentro.
Mientras, sus padres hacen la vista gorda, y siguen con sus cubatas.
Si se lo dices a alguno (como ha sido el caso) te toca discutir, ante la negativa de la evidencia y romperte la cara con él.
NO HAY MAS CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER, JILIPOLLAS.
Para mas datos:
La piscina (club lo llaman ellos) pertenece (no a toda) la urbanización IVIASA del barrio del "Chorrillo" en Alcalá de Henares. Pertenece al que tiene la opción de la misma (que, por cierto cuesta una pasta y les pasan recibos extras cada dos por tres). Es un cortijo de ricos pobres, manejado por cuatro caraduras que se creen alguien porque juegan al tenis los fines de semana. (y siempre están los cuatro de costumbre).
La piscina en cuestión es conocida por todo el barrio por sus "deficiencias" económicas, porque nadie controla nada, es el ejército de Pancho Villa. Todos los que han intentado llevar las cuentas, han salido corriendo por piernas, como el correcaminos al que persigue el coyote.
Además ladrones, porque dentro del recinto de la piscina podemos encontrarnos con varios tramos de la valla de madera que ha instalado el ayuntamiento, así como varias traviesas de tren viejas que usaron para delimitar el camino.
Vamos, que los han cambiado de propietario por la cara, y éstos elementos SON PAGADOS POR TODOS NOSOTROS.
Que pena me dan, los padres y los hijos.

Panda de sinvergüenzas.

Y mientras tanto, el ayuntamiento sin querer enterarse.

Digo.

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