El puñetero papa ya se ha pirao.

Pues que bien.
Habría que haberle preguntado dónde estaba su Dios, cuando el tren del metro de Valencia se estrelló matando a 42 personas, cuyo único delito era intentar vivir.
¿Que cojones hacía rezando en la entrada de la estación del siniestro?
El paripé.
Eso hacía.
Yo maldigo a cualquier Dios que consiente que sus subditos mueran sin tener ninguna oportunidad.
Yo maldigo a cualquier Dios que consiente que haya guerras, asesinatos, violencia doméstica, terrorismo, pobreza, hambre, sed, tsunamis, terremotos, huracanes, accidentes laborales, y multitud de otras cosas.
¿Dónde cojones está Dios cuando pasa algo así?
Que les den por el mismísimo culo.
Hoy, el señoritingo, estaba en un altar refrigerado, a 26° de temperatura.
Mientras, sus fieles, con lipotimias por los 40° de temperatura (claro, que también les ha pasado por tolais, por estar donde no deben, si hubieran estado en una terracita, tomándose las correspondientes cervecitas con sus respectivos aperitivos, estarían todos en la gloria, chachi piruli).
Y no quiero hablar de la pasta que ha costado todo el despliegue "artistico", que se me ponen las venas del cuello como a un cantaor de flamenco.
Por cierto, y que no se me olvide...
Hoy he visto en los telediarios unas imágenes del lugar, que parecía un parque cualquiera de una ciudad cualquiera donde hayan practicado un "botellón". Lo han dejado todo hecho una mierda. Los empleados de la limpieza comentaban que habían pasado ya tres veces con las máquinas limpiadoras por el mismo sitio y no había Dios que quitara tal cantidad de basura e inmundicia.
Un poco guarros (por no decir otra cosa) los seguidores papales.

Maldito clero.

Digoooooo.