martes, 28 de agosto de 2007

El Rey nombra un interventor para sus cuentas.

Pero seguiremos en la mas absoluta de las ignorancias de cuanta pasta nos cuesta y en que se gasta.
Si partimos de la premisa en la que un Rey dentro de un estado con una democracia parlamentaria, con un gobierno y unos diputados elegidos por sufragio universal, pinta menos que yo vestido de cura, los gastos de la familia real se me antojan excesivos. Excesivos hasta el punto de sobrar.
Directamente sobran.

Sobran todos.
El rey, la reina, sus hijos y la cantidad ingente de nietos que tienen y tendrán (porque ya quisiera yo tener familia numerosa siendo de gorra todos los gastos) , además de todo lo que alrededor de ellos se mueve, que nos cuesta a los contribuyentes un verdadero pastón.
Los estudios del príncipe, de sus hijos, sus vacaciones eternas en Mallorca, sus viajes y aviones privados, sus palacios, su personal de seguridad, sus asistentes, niñeras, institutrices, cocineros, jardineros, chóferes, helicópteros, secretarios...todo ello sale de nuestro bolsillo.
Del sudor de nuestras frentes y de nuestros dolores de espalda.
Hay que empezar a plantearse seriamente la necesidad de que un estado como el nuestro disponga de semejante agujero monetario, que no vale absolutamente para nada.
¿Para que co**o vale la casa real?
Además, y que a nadie se le olvide, y por si a alguno no lo sabe, yo le recuerdo que el Rey fue puesto donde está por Franco.
A éste no lo ha elegido nadie para que ejerza de lo que es.

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