Eso contestó el tío que me metió a mí el veneno del motociclismo en la sangre, a la pregunta de un periodista sobre su particular manera de apurar las frenadas.
"El tejano volador" le apodaban.
Sus duelos con Wayne Rainey, el Rossi de la época, fueron memorables...
Con una moto como la Suzuki, que en aquella época era un cacho de hierro con ruedas, comparada con la Yamaha de Rainey, el tío éste solo tenia una manera de poder ganar carreras...y precisamente era eso...el hijoputa no frenaba.
Sólo él era capaz de ser campeón de mundo con semejante trasto...y lo consiguió.
La frase lo dice todo: "Sólo freno cuando veo a Dios"...o sea...nunca.
Ya no quedan pilotos como él.
Porque me gusta y me da la gana.... Kevin Schwantz:
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