sábado, 13 de octubre de 2007

Adios con el corazón.



Hace una semana, un desgraciado accidente de tráfico provocado por un camión ejecutando un giro prohibido, se llevaba por delante la vida de uno de los pilotos que mas me han hecho vibrar encima de una moto de competición.
No se me olvidará nunca, puesto que la vi decenas de veces junto a mi hermano, la carrera de su debut en 500cc en el circuito de Suzuka, como piloto invitado.
En esa carrera, le dio toda la guerra del mundo a pilotos como Kevin Schwantz y Mick Doohan. Sus impresionantes "tumbadas" en el curvón de Suzuka (el siguiente al túnel) eran escalofriantes.
Tanto, que cada vez que pasaba por allí, las estriberas de su moto refulgían de chispas debido al rozamiento con la pista.
Esa carrera me hizo fijarme en el siempre,por su especial estilo de pilotaje...siempre agresivo, con todo el cuerpo echado encima del eje delantero.
Especial era el pilotaje de Norick, y especial era el.
Tanto que en esa carrera, mi hermano y yo comentábamos y hacíamos apuestas sobre las vueltas que iba a tardar en darse el piñazo.
Faltando dos curvas para acabar la carrera y yendo el primero, en uno de los planos de tv apareció una estela blanca, no se veía al piloto, ni nada parecido, pero mi hermano y yo coincidimos en el acto y los dos a la vez exclamamos: ¡¡El japoné!!!
En efecto, Norick se había "comprado una parcela" como se dice en el argot motero a las salidas de pista, acabando con su colosal carrera.
Un tipo siempre alegre, afable, amable, cordial y dicharachero mi amigo Norick.
Puede que no ganara ningun campeonato del mundo, pero era un piloto de los que se dejaban todo en la pista. Allí donde estuviera Norick, había espectáculo seguro.
Gran piloto y gran tipo.

Descase en paz, Norifumi Abe.

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