
Como se puede comprobar, es mas que evidente el parecido con la Monja.
Es de todos conocida la vida monacal, recatada y orientada hacia el esfuerzo supremo de asistir a todas las fiestas interminables que su cuerpo le permite, donde el alcohol, la droga y el sexo, brillan por su ausencia.
Vamos, una vida clavadita a la de la Madre Teresa de Calcuta.
El papel le viene al pelo, como a un cura dos pistolas.
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