jueves, 11 de septiembre de 2008

El tan cacareado experimento del LHC.

A tu salud, sobrina.
"Large Hadron Collider"
¿Y que coño digo yo sobre esto?
Puf...
Como buen ateo que se precie, siempre he confiado en la ciencia, aunque tiene también su miga la misma y no sea a veces todo lo creíble y efectiva que debiera.
También los científicos cometen cagadas, pero al menos no se encomiendan a la existencia de un ser supremo que lo creó todo, sin mas.
Estos -los científicos- al menos tienen dudas, hambre de saber, conocer y comprender.
La pregunta de quienes somos y de donde venimos siempre ha estado ligada al ser humano y al mundo científico en particular, porque en el otro, el religioso, no se ha aportado hasta ahora ninguna prueba fehaciente de que sus creencias tengan base sólida.
Equivocados o no, los científicos manejan las matemáticas, los otros manejan la fe, algo que como todos sabemos se puede tocar y medir.
Pues eso es lo que tenemos que tener con el artilugio ese que se han montado en Suiza.
Fe, entre otras cosas, porque dudo mucho de que un grupo tan grande de eminencias con coeficientes intelectuales cuyas cifras asustan y marean, pusieran en marcha un aparato que fuera capaz de hacer las barbaridades que leo y escucho sobre el experimento en cuestión.
Si fuera un solo científico loco al estilo de Lex Luthor el que pusiera en marcha este cacharro, me acojonaría. Un solo tío puede causar el caos total, pero cuando tanta gente de su capacidad se reúne, las cosas no deberían salirse de los parámetros que se esperan.
Además, los seres humanos, jamas de los jamases conseguiríamos con máquina alguna llegar a conseguir la potencia energética casi infinita necesaria como para ni tan siquiera aproximarnos a la décima parte de lo necesario para poder crear el bestial cataclismo cósmico en el que se cree que se convirtió éste universo en el que nos ha tocado vivir cuando al "supuesto" big-bang primigenio le dió por explotar.
¿Crear agujeros negros?
Ni de coña.
Aunque sería interesante para la especie humana poder crearlos y además, poder elegir en que lugar emplazarlos, para que ciertas cosas, personas o lugares se perdieran definitivamente en uno de elllos por los tiempos de los tiempos.
Podríamos poner uno al lado de los estudios de Telecinco y otro al lado de Antena3, para que se los tragara.
Ojalá se pudiera enviar a Telecinco a Antena3 a otra dimensión, para que martirizaran a los seres biplanos, o monoplanos y no a nosotros.
Eso sería un claro beneficio para la humanidad.

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